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Piura.- |
Flora de la ciudad del sol.-
Lo primero que salta a la vista cuando un viajero llega a Piura son los imponentes algarrobos, árboles asentados en el lugar desde tiempos inmemoriales. Crecen en el desierto, desafiando al sol radiante. Su fruto, una vaina de color amarillo, sirve de alimento para el ganado y para la elaboración de harinas de distinto tipo (producidas a partir de la pulpa, integral, fina, gruesa), polvo soluble instantáneo, alcohol -por fermentación-, algarrobina y extractos concentrados, goma de la semilla, concentrado proteico del germen, sucedáneo de café (o "café de algarroba"), entre otros.
En la costa piurana, el despoblado, o bosque seco, constituye la formación vegetal más importante. Está conformado por arbustos y árboles pequeños. Predomina el overal, el algarrobo, el zapote, el palo verde, palo santo, ceibo, huayacán, hualtaco, sharango, vichayo, el faique, entre otros.
En la sierra costeña destaca el ichu, la tara, el huarango, el molle, la tuna, la chilihua, totorales, orquídeas, el nogal, el palo blanco, el higuerón, el suro, el pajul y arbustos silvestres. Se desarrollan otras especies forestales como el crarán, faique, higuerón, pasayo, etc., y gran variedad de plantas medicinales como el chinchin, cordoncillo, tartas, eucalipto, etc.
En la actualidad no existen programas de reforestación suficientes ni tradición campesina en este sentido. La tala indiscriminada de árboles, que se practica con mayor frecuencia en la sierra de Piura, ocasiona consecuencias funestas como la erosión y la escasez de la flora.
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