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Fiestas de cocina en Cuenca |
Dentro de la culinaria, contextualizada en las fiestas, la primera a resaltar es el Carnaval, una fiesta ecuatoriana ligada a las raíces andinas y a el sacrificado del cerdo. Y en torno a este animal se va entretejiendo el carnaval, pues sin el cerdo es difícil que se desarrolle tal celebración.
Otra de las fiestas cuencanas es la cuaresma, donde la fanesca, un plato típico de esa ciudad, cumple un papel protagónico.
Pero llega la otra gran fiesta en Cuenca, que es el deleite para los ojos y el reto para el apetito como lo señala la Dra. María Rosa Crespo, y es el Corpus Cristhi. Aquí se vuelven a construir las antiguas raíces árabes, andinas y españolas y están presentes las viejas recetas que se transmiten de generación en generación. Podemos hablar de las roscas, las rosquillas, los alfajores, las cocadas, los alfajores, distintos dulces que se cuecen en el brasero familiar y concita el interés de los vecinos y de la colectividad.
“Éstas tres fiestas son la epifanía de la culinaria cuencana. La del carnaval, fiesta profana, de la vida, donde desaparece el espacio público y privado y donde todo el mundo puede entrar a la casa gritando: jugamos carnaval y comer los tres días un gran banquete, distintos platos a base de cerdo. Luego la fanesca, plato nacional que se come durante la cuaresma en la semana santa. Para este potaje, los granos dulces de Cuenca nunca se pelan porque los granos son suaves y agradables”, según relata la ex directora de la Casa de la Cultura del Azuay, Marçia Rosa Crespo.
Curiosamente el término Azuay tiene raíz quechua, que quiere decir chicha, y que significa tierra de la chicha, bebida ritual de épocas andinas que aún se sigue preparando y tomando en Cuenca.
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